El anexo II del Reglamento General de Vehículos, aprobado por Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, define a la autocaravana como “vehículo construido con propósito especial, incluyendo alojamiento vivienda, y conteniendo, al menos, el equipo siguiente: asientos y mesa, camas y literas que puedan ser convertidos en asientos, cocina y armarios o similares. Este equipo estará rígidamente fijado al compartimiento vivienda. Los asientos y la mesa pueden ser diseñados para ser desmontados fácilmente.”
Ésta y otras definiciones de vehículos son fruto de la transposición de las Directivas vigentes en la materia. Concretamente la Directiva 2001/116/CE de la Comisión, de 20 de diciembre de 2001 por la que se adapta al progreso técnico la Directiva 70/156/CEE del Consejo relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros sobre la homologación de vehículos a motor y sus remolques, en el punto 5.1 de la sección A del anexo II se refiere a la autocaravana como “todo vehículos especial de categoría M fabricado de modo que incluya una zona habitable con el equipo mínimo siguiente: asientos y mesa, camas que pueden formarse por conversión de los asientos, cocina, armarios. Este equipamiento estará sujeto firmemente en la zona habitable; aunque la mesa podrá diseñarse para quitarla con facilidad.”
El autocaravanismo aparece a Europa a finales de los años sesenta del siglo pasado en países pioneros como el Reino Unido, Alemania, Francia e Italia.Desde entonces el número de vehículos ha ido en constante aumento hasta superar los cinco millones en Europa. España se suma a estos países a comienzos de los años noventa, y cuenta actualmente con un parque superior a los 400.000 vehículos, a los que se suman los más de 500.000 que visitan el país a lo largo del año, lo que da idea del medio y las necesidades existentes.
Uno de los múltiples problemas que se encuentra el caravanista es que no encuentra en España lugares adecuados para lo que busca y necesita para disfrutar de su hábitat itinerante.
Los parquings de caravanas son para un rato; las áreas de servicio existentes en su inmensa mayoría sin sombras ni servicios son una tortura, la estancia en campings no es lo que buscan son dos mundos diferentes, las áreas para 48 horas tampoco son la solución así que el caravanista necesita un producto específico destinado a satisfacer sus deseos y necesidades.
Para ello surge: