Los caravanistas ayudan a potenciar el desarrollo económico, social y cultural de las zonas que visitan y dada la facilidad con la que se mueven son especialmente interesantes para municipios con escasas infraestructuras turísticas.
Es un turismo totalmente sostenible. Las caravanas son itinerantes frente a las construcciones arquitectónicas que permanecen.
El caravanista es un agente de marketing territorial con una eficacia única, con sus fotos inmortaliza y difunde el patrimonio cultural, la cultura y la arquitectura popular de allí por donde pasa, que luego comparte con su familia, sus amigos y a través de las redes sociales en Internet.
El caravanista es una persona que opera todos los meses del año. Caravanistas europeos viajan al sur de Europa para pasar los meses de invierno huyendo de las condiciones climatológicas de su país y cada vez amplían casi todo el año su estancia.
Es una manera de facturar más para algunos negocios de las zonas que visitan, como gasolineras, supermercados, restaurantes, bodegas, tiendas, agricultura de proximidad, productos locales…
Surge a la par un nuevo caravanista, joven con estudios, el denominado KNOWMAD, nómada del conocimiento que se mueve de un lugar a otro, que elige este medio como hábitat permanente.